Trayectos 2013 terminó el domingo 30 de Junio con una sensación estupenda gracias a la participación en actividades paralelas, a la asistencia de público y a la respuesta de la audiencia tras las propuestas que habían visto.
Generosidad y ganas. Los INnato (Costa Rica – El Salvador), interpretaron también en la Plaza de San Felipe su pieza Etérea, que obtuvo el premio al mejor dúo en el Certamen SóLODOS En Danza de Costa Rica. Marko Fonseca y José Raúl Martínez, intérpretes y coreógrafos de la pieza, se inspiraron en el siguiente verso de Niña Juana para su creación: “El secreto sobre el toque sutil del espectro clandestino”. La participación de la compañía se enmarca dentro de la Mirada a Iberoamérica que el festival propone para este año y actualmente continúan su gira por España.
Fisicalidad y escenario como hábitat natural. De vuelta a la Plaza San Bruno, Alexis Fernández y Julio César Iglesias mostraron con su Drown The Road, el enfrentamiento de la mente de una persona con sus propios demonios. La pieza, de elevada exigencia física y que incluía como coprotagonista un casco de moto, es una colaboración de las compañías La Macana – Unusual Symptoms (Galicia-Alemania-Cuba).
Honestidad y sinceridad. Moving Borders (México) remató la tarde del domingo con su pieza Nosotros. Víctor Villasana, Sendic Vázquez, Luis Vallejo y Shanti Vera sorprendieron al hacer aparecer de la nada unas máscaras de lucha mexicana, interactuaron con el público, emocionaron e hicieron reír con momentos absurdos. Jaciel Neri, el coreógrafo de la compañía, lanzaba estas líneas para hablar de su creación: “Fascinado por la belleza de la amistad y de las personas que la alimentan comparto estas reflexiones corporales de seres que a partir de su juventud y hermandad han construido su futuro.” Moving Borders obtuvieron el Premio INBA-UAM Concurso de Creación Coreográfica Contemporánea 2010-2011 edición XXXI en México.
Nos quedamos con una frase que Jordi Sora dice en su blog escena de la memoria: «Cerraron la tarde y dejaron en los espectadores las ganas de más, con ansias de seguir con ese proceso civilizador, de ocupar más plazas y de seguir danzando mínimo otros 10 años más en Zaragoza».
Fotos: Inma Salas